El pasado día 8 de enero sufrimos en la carretera local de Tafalla a Peralta un accidente de circulación del que, afortunadamente, salimos ilesos mi hija y yo. Con toda la suerte del mundo, hoy podemos contarlo ya que, tal como se produjo el mismo, las consecuencias podrían haber sido irreparables. Tras haber estado ingresado en el Complejo Hospitalario de Navarra, y ya en casa, uno ha tenido tiempo estos días para rebobinar y visualizar una y mil veces la película de lo sucedido, pensar sobre lo que podría haber ocurrido y, sobre todo, sentir un profundo agradecimiento hacia quienes estuvieron y han estado ahí de una u otra forma ayudándonos tanto en el momento inicial del accidente como, posteriormente, durante el periodo de hospitalización. En momentos como esos en los que uno se siente tan desvalido, asustado y necesitado de ayuda externa, quiero agradecer su atención a quienes, tras pararse en la carretera, nos dieron su auxilio: la primera persona que llamó al 112, otra persona me dejó su teléfono para llamar a la familia y comunicarle que estábamos bien -ya que mi móvil, a saber en qué parte de mi coche habría quedado€- y un camionero se paró para ofrecerme un botellín de agua€ Luego ya llegaron una patrulla de Policía Foral, y más tarde la ambulancia que nos trasladó a Pamplona. Agradezco la profesionalidad con la que fuimos atendidos en esos convulsos instantes, y especialmente la delicadeza de las sanitarias de la ambulancia, tranquilizando durante todo el traslado a mi hija hasta el Complejo Hospitalario de Navarra. Ya en éste, tras pasar ambos por urgencias, yo fui ingresado en la unidad de Coronaria del Hospital. No puedo sino manifestar mi total agradecimiento al personal del Área de Cardiología del CHN. Omito mencionar a sus profesionales para no dejarme a nadie, pero el agradecimiento es para todo el personal que me atendió: de enfermería y auxiliares, de medicina y cirugía cardíaca, así como al personal de limpieza, celadores y celadoras, trabajo social y al personal de cocina. Una atención integral, exquisita y muy profesional. La atención en planta, en el pabellón D3ª también fue inmejorable. Junto a este agradecimiento, una llamada ante quien corresponda, a seguir defendiendo y apostando por los servicios públicos, en este caso sanitarios, universales y de calidad. Muchas gracias. Eskermila.