Últimamente nos llegan noticias de desastres medioambientales por causas naturales: incendios, huracanes, desbordamientos, deshielo, seísmos y volcanes en erupción. Estas situaciones siempre han ocurrido pero es preocupante la rapidez con que ahora suceden y con qué virulencia. Filomena dejó una huella sobre el centro de la Península que no se veía desde hacía 50/60 años. Mis conocimientos en la materia solo son de oír, ver y leer informes de las personas acreditadas y autorizadas. Lo que sí puedo comentar es que las llamadas energías renovablesy alternativas, como las eólicas, fotovoltaicas... no nos van a solucionar el problema de la desertización, del deshielo, de los incendios y de los desastres que ocasionan las deforestaciones: Amazonia y otros pulmones del planeta, que van destinadas a enriquecer más y más a los grandes terratenientes y empresas madereras. Vi una noticia que comentaba que en la selva de Guatemala 30.000 indígenas se han quedado sin la luz más básica porque una empresa española está instalando centrales hidráulicas en los cauces de los ríos para su enriquecimiento. Esto es muy grave y puede llevar a la desaparición de muchas tribus. La centrales térmicas, los vertederos, las grandes plantas de valorización y esas energías que se denominan limpias, como las eólicas y/o fotovoltáicas, creo que no van en la buena dirección; no podemos hipotecar nuestros montes y campos con estas extensiones de molinos y placas, los campos y montes son necesarios para cultivos y para poder comer, personas y animales. Otras energías limpias y sostenibles son posibles, solo hay que invertir en ellas y seguir los protocolos contra el cambio climático; el hidrógeno verde puede ser una buena alternativa, el dinero es para gastarlo eficazmente y en beneficio de toda la humanidad. Cumplamos con el protocolo de París y todo irá mucho mejor, es mi punto de vista.

El autor es militante de IU