Somos una familia ganadera, afincada en la Ribera, aficionada a los festejos taurinos populares y enamorada de los animales. En las más de 60 ganaderías de bravo en Navarra trabajan muchas familias, siendo su forma de vida.Animales que cuidamos con toda la dedicación y amor del mundo, invirtiendo todo el tiempo y todos los recursos económicos de los que disponemos y, a veces, de los que no disponemos. El que piense que se tiene una ganadería de bravo por negocio está muy equivocado. Si no nos empujara la afición, el no mirar al reloj, la colaboración de amigos, vecinos y familiares, y el amor por la tradición y el ganado bravo, una actividad de estas características sería totalmente irrealizable.Llevamos más de año y medio sin participar en ningún encierro, capea, suelta de ganado... Nuestra ganadería se nutre en su mayor medida de la facturación relacionada con la participación en los festejos antes mencionados. El mayor de nuestros problemas es que nuestras explotaciones siguen funcionando sin obtener ningún tipo de ingreso. Ello nos está llevando hacia una situación insostenible. Nuestra maquinaria sigue rompiéndose y sigue necesitando combustible para funcionar, mantenemos nuestro único puesto de trabajo, seguimos realizando los tratamientos sanitarios que el ganado necesita y, lo más importante, los animales siguen comiendo todos los días.Necesitamos que la Administración Foral se vuelva a implicar y retome para este 2021 una convocatoria de subvenciones donde se puedan paliar las pérdidas que el sector está sufriendo. Agradecimos y agradecemos el esfuerzo hecho por el Gobierno de Navarra en 2020 y esperamos que en esta ocasión las ayudas vuelvan a llegar y sean proporcionales a las pérdidas generadas.Hemos tenido que matar más del 25% del ganado de la explotación para poder dar de comer al resto de animales, y a su vez las familias estamos exprimiendo los pocos recursos económicos que hemos podido llegar a tener tirando de amistades, ahorros, familiares... Necesitamos una solución inmediata si no queremos quedarnos sin trabajo, sin afición y, sobre todo, sin los animales que tanto amamos y con tanto cariño y dedicación criamos y mantenemos.