Seguramente los lectores recordarán que, en línea con los movimientos de los comerciantes del Casco Antiguo con motivo del proceso de amabilización que culminó con la famosa fosforitada patrocinada por El Corte Inglés, los comerciantes de Iturrama también se sublevaron en contra del proyecto de Pío XII, y en compañía de unos cientos de vecinos de una ideología determinada salieron a la calle a protestar contra la eliminación de algunos aparcamientos que este proyecto del Ayuntamiento anterior proponía.Capitaneando esta sublevación estaba nuestro alcalde Maya que, cuan William Wallace en Braveheart, se puso al frente con la cara pintada (naturalmente, de azul) y azuzó a sus huestes al grito de “puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitaran ¡¡los aparcamientos!!”. Tengo que reconocer que, efectivamente, ha cumplido con su palabra. Nadie los ha podido quitar. Los va a quitar él.Y las manifas y protestas contra la nueva eliminación de los aparcamientos y la creación del centro comercial de la Misericordia, ¿para cuándo?