l pasado mes de abril vimos, con hartazgo, cómo la enmienda de adicción del equipo de gobierno de Navarra Suma, por la que se instará al Ejecutivo de María Chivite a realizar una Ley de Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias que incluya una regulación de la venta de alcohol en locales comerciales, salió adelante con el respaldo del Partido Socialista y Geroa Bai.

Nuevamente se pone encima de la mesa la recurrente reivindicación de hostelería de prohibir la venta de alcohol en horario nocturno.

Esta batalla ha sido una constante desde hace muchos años: desde el año 2013 hasta la actualidad, nos hemos visto obligados a acudir por dos veces al Parlamento Foral ante sendas propuestas de reforma de ley hechas por hostelería. Defendimos entonces nuestro derecho a un horario libre por tratarse de pequeños comercios, algo que consta incluso en las leyes estatales, derecho que defendemos porque a base de horas de trabajo logramos sobrevivir al embate de las grandes superficies. En el mismo sentido, acudimos al Tribunal Superior de Justicia de Navarra cuando el equipo de gobierno municipal de EH Bildu intentó regular nuevamente la misma cuestión, la resolución del Tribunal fue favorable para nosotros, los pequeños comercios, por no ser competencia municipal la regulación de horarios comerciales.

El acoso a nuestras pequeñas tiendas de alimentación y comida para llevar (pizzerías) se muestra ahora de nuevo, cuando en plena pandemia, a la que todos intentamos sobrevivir al límite de nuestras posibilidades, bajo la excusa de luchar contra el botellón, se nos vuelve a limitar, esta vez la venta de bebidas alcohólicas desde las 21 horas hasta las 8 de la mañana. La prohibición coincide justo con el horario de cierre de supermercados en los que se pueden constatar las filas de jóvenes, supuestos compradores de bebidas para la práctica del tan polémico botellón. Nuestros clientes no son sólo jóvenes, son vecinos y ciudadanos de cualquier edad que deben poder ejercer con libertad su derecho a elegir dónde comprar, si en una tienda que tiene su licencia para vender alimentación y bebidas y en las que está garantizado que no se vende alcohol a menores por la práctica establecida de pedir carnet de identidad, o en otro establecimiento de bebidas como los bares.

Se utiliza como pretexto la lucha contra el botellón entre los jóvenes, aunque el motivo de fondo que siempre ha inspirado estas iniciativas ha sido garantizar que en horario nocturno solo los establecimientos hosteleros puedan dispensar bebidas alcohólicas, es decir, que las tiendas de alimentación y comida para llevar no puedan vender una lata de cerveza y así los bares tengan el monopolio de ese producto en horario nocturno.

En una ciudad como Pamplona- Iruña, donde en su Casco Antiguo convivimos no más de 10 tiendas rodeadas de más de 200 bares, rodeados ahora de sus terrazas que han invadido casi todas las plazas donde se permite beber botellín, que no botellón.

La Orden Foral 13/ 2021, en la que se prohíbe la venta de alcohol en establecimientos que no sean bares a partir de las 21 horas ésta en vigor hasta el día 20 de mayo. Los políticos tienen en sus manos poner en valor la supervivencia de nuestros pequeños negocios, en tiempo de pandemia incluso alguna parte de la sociedad ha ensalzado nuestra labor de servicio a la ciudadanía por parte de las tiendas de alimentación, labor de cohesión social, enriquecimiento de la trama urbana y construcción de una economía sostenible.

Apoyar al pequeño comercio si realmente se pretende poner en valor la proximidad y apostar por una red comercial cercana y de calidad en beneficio de todos, es el momento. Lo demás, eslóganes políticos en tiempos de crisis.

La autora es representante de la Asociación del Pequeño Comercio de Navarra