a expresión no nos la hemos inventado. Así nos llaman en el documental Las hadas existen. Trabajadoras del SAD de Palmira Escobar Martos. Muy recomendable.

Y ésa es la sensación que tenemos las trabajadoras del Servicio de Atención Domiciliara del Ayuntamiento de Pamplona. Tras cuatro días de huelga seguimos siendo nadie para el Ayuntamiento y para buena parte de la población. Nadie para los grupos políticos de la oposición, que no se dejan ver en nuestras concentraciones. Nos acompañan, eso sí, las personas mayores, que nos conocen y valoran el servicio. Gracias por vuestro apoyo.

En el documental se denuncia la rapiña de las empresas que reciben dinero público para obtener grandes beneficios a costa de la salud de las trabajadoras. Y en todos los casos se plantea que la prestación directa del servicio por los ayuntamientos es la mejor manera de gestionar la atención a nuestras personas mayores. Se describen varios casos de municipalización.

En Pamplona lo hacemos al revés. Nosotras ya somos personal municipal. Y con la excusa de mejorar la gestión nos echan. Pueden venderlo como quieran, pero es una subcontratación. Haremos lo mismo, en el fondo para la misma empresa (el Ayuntamiento), pero con otras condiciones laborales y desde una empresa inventada para ello. Son vendedores de humo que preparan el camino a una total privatización del servicio. Tiempo al tiempo.

En este país, los servicios sociales han comenzado a implantarse de forma amplia cuando los vientos neoliberales de la privatización sobrevuelan lo público. Casi recién nacidos y ya quieren acabar con ellos. Por eso hay cuestiones como la atención a mayores y dependientes que se prestan casi en su totalidad de forma concertada o privada. La oferta pública de atención residencial a las personas mayores es muy escasa. La ayuda a domicilio es pública en muchos de los ayuntamientos pequeños, pero las grandes ciudades privatizan un servicio con el que grandes empresas y fondos de inversión hacen caja de forma escandalosa. Y ya hemos visto los meses pasados qué sucede cuando se pone el lucro por encima de la salud y la vida.

El Ayuntamiento de Pamplona debería dar un ejemplo de cómo hacer bien las cosas, debería poner en marcha un sistema de gestión del SAD eficaz, debería dotar al servicio de la agilidad necesaria y debería dar una vuelta a las atenciones que se prestan, ampliándolas en lugar de seguir privatizándolas.

Todavía estamos a tiempo. La empresa pública se ha creado, pero el PSN puede repensar su estrategia y apoyar la petición de las trabajadoras de una moratoria de un año para poner en práctica las medidas de mejora necesarias dentro del Ayuntamiento. Seamos valientes y aceptemos el reto de mantener y mejorar un SAD público.

Las autoras son trabajadoras del Servicio de Atención a Domicilio del Ayuntamiento de Pamplona