Somos los padres de una chica de 18 años con serios problemas de salud, con un 84% de discapacidad y dependencia severa -no vamos a entrar en más pormenores, porque bastante duro es ya exponerse públicamente de esta manera. El domingo nos vacunan. Nosotros tenemos prioridad para tener derecho a una vacuna, solo porque cumplimos estar en el rango de edad que toca. Ella no. ¿Cómo se entiende esto? Llevamos desde finales del mes de marzo solicitando en todos los sitios en los que hemos visto una opción, primero, que nos escuchen y, segundo, que nos orienten para poder conseguir vacunar a nuestra hija.No somos los únicos, nos consta. Hemos esperado entendiendo las prioridades y dificultades que una situación tan nueva y complicada -como lo está siendo la de gestionar una pandemia- conllevaba, pero ha llegado el momento de sumarnos a las denuncias que particulares y asociaciones están realizando. En estos dos meses de llamadas y correos, las escasas respuestas a todas las preguntas han quedado resumidas en una burocrática expresión: "su hija no está contemplada dentro del plan estratégico de vacunación". En un desesperado intento, ni la directora gerente de Salud Pública ni la consejera de Salud del Gobierno de Navarra se han molestado siquiera en contestar a nuestra petición.Las autoridades políticas y sanitarias nos piden responsabilidad y nos lo pagan poniéndonos a la cola de un derecho que, una vez más, nos toca pelearnos a los que por desgracia estamos en un limbo continuo. Estamos cansados, quince meses de cuidados de veinticuatro horas es algo agotador, pero más terrible si cabe es no ver horizonte para lograr una cierta normalidad que, por otra parte, personas sin problemas de salud ya dilapidan alegremente. ¿Hasta cuándo va a durar este sinsentido? ¿Cuándo se van a sentar a tomar la decisión de priorizar a los colectivos vulnerables que todavía quedan sin vacunar? Estoy segura de que personas como nosotros, que afortunadamente no tienen problemas de salud, esperarían gustosas a ser vacunadas en favor de personas a las que su administración les puede salvar la vida. Señora consejera, si es una cuestión de disponibilidad de dosis, quiero ceder mi vacuna a mi hija, ¿cómo lo hago?