inero negro, para mí, es todo aquello que no aparece reflejado en su debida forma, por tanto incontrolado, y que establece un agravio comparativo entre personas pertenecientes a la misma sociedad. Poner ejemplos sería escribir sobre algo que todos conocemos y criticamos profusamente en nuestros ámbitos sociales, para seguir contemplando las mismas situaciones.

No me cabe la menor duda (como al resto de los mortales) que la gran tarta de este dinero negro reside en ámbitos que yo no me puedo llegar ni a imaginar. Y que se consigue en base a ingeniería fiscal para usar todos los recovecos de alegalidades que permiten filtrar las leyes, e ilegalidades manifiestas que, cuando se pillan, se suelen solventar con desgraciados e injustificados acuerdos (o las llamadas regulaciones o amnistías fiscales), resultando pagos mucho menores que los beneficios obtenidos, librándose la persona física o jurídica de hacer frente a las responsabilidades penales. Quien esto hace es porque tiene medios para poder echar mano de (no generalizo las profesiones, por supuesto) consultores, asesores y abogados, en los ámbitos económicos/fiscales, etcétera, que les permiten poder hacerlo y a los cuales, desgraciadamente, tampoco se les piden responsabilidades penales por ejercer unas actuaciones que ellos mismos saben, cómo no, que son punibles. Cosa que no acierto a entender. Y mientras existan esos delincuentes de alto nivel, que formalizan los modos/medios para defraudar, frente a unas leyes permeables y una fiscalidad estatal que no puede hacer frente a ello debidamente, se seguirá igual. No voy a criticar a los trabajadores de esos entes estatales por una razón muy sencilla: pónganles leyes y, sobre todo, medios adecuados para hacer frente a ese coloso defraudador, con garantías.

En el ámbito de la banca (maestra en ingeniería fiscal donde las haya), me resulta indignante observar los pasos firmes para llevar a miles de trabajadores a perder su empleo (anunciados casi 7.000 -tras rebajas- en Caixa Bank, cerca de 4.000 en el BBVA, más de 1.000 en el Banco de Sabadell...), a la vez que se indican beneficios de miles de millones de euros, y subidas de sueldos muy relevantes a sus directivas. Por ejemplo, Caixa Bank con noticias de más de 4.000 millones de euros. Indico esta entidad porque, paradójicamente, se ha fusionado con Bankia (siendo el Estado dueño de una parte), una de las entidades rescatadas con los 75.000 millones de euros aportados del bolsillo de todos los españoles, a fondo perdido, ya que no se les exige su devolución -a todas las entidades rescatadas-, como sí se obliga a cualquier hijo de vecino, o se debe atener a las consecuencias. Y, perdónenme que les diga este iluso (más de una persona relacionada con lo expuesto se reirá profusamente con esta carta) que obtener beneficios a costa de reducir el servicio a los clientes suprimiendo sucursales/operativo humano, puede entrar perfectamente en concepto de dinero negro, ya que no redunda, finalmente, en ningún beneficio social, sino que lleva a un mayor nivel de paro y degradación, que lo tendrá que soportar la sociedad en su conjunto. ¿Pueden hacer lo que quieran, pues son entidades privadas que se deben a obtener el máximo beneficio para sus accionistas? Yo no lo veo así, en esas dimensiones/afecciones, y creo que la responsabilidad es nítida, como para que el estado pueda intentar poner ciertos límites. "Poderoso caballero es Don Dinero", escribió Quevedo. Los de a pie nos conformaremos con lo que escribió Calderón, que "La vida es sueño, y los sueños, sueños son". Para muchísima gente, serán sueños rotos.

Mientras existan esos delincuentes de alto nivel, que formalizan los modos/medios para defraudar, se seguirá igual

En el ámbito de la banca, me resulta indignante observar los pasos firmes para llevar a miles de trabajadores a perder su empleo