Duele ver con que facilidad se tergiversan las realidades y con que facilidad se introducen las mayores mentiras en las mentes de la gran mayoría de la población haciendo buena la teoría de Goebbels: una mentira repetida mil de veces llega a convertirse en verdad. Cuba está pasando un mal momento, la pandemia aumenta la crisis y lo que estaba mal empeora. Los contagios y los ingresos van en aumento de forma imparable, aunque muy por debajo de los países de su entorno. Incluso, comparando con otros de los más avanzados como Bélgica, que tiene una población similar, los índices de contagio superan a los de la isla en 15 veces. Las muertes en Bélgica a fecha de 12-7-21 son un total de 25.205, en Cuba en esa misma fecha los muertos ascienden a 1.579. ¿Alguien ha oído una sola voz de alarma sobre el país belga? Las demostraciones de protesta en las calles nos las presentan como si fueran multitudinarias. Buscando otras realidades en las redes sociales, me encuentro que no son tan numerosas, sí las ha habido de varios cientos, pero en ningún caso han llegado a superar los mil manifestantes. Hablan de represión, ya quisieran para sí ese mismo trato en Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Sudáfrica, han dado la cifra de setenta y dos muertes, y no olvidemos el trato otorgado en la vecina Francia. En fin, diremos lo de la paja en ojo ajeno... Se puede ver, con demasiada frecuencia, críticas por las carencias de cosas tan básicas como comida y medicamentos, se necesita ser mal intencionados para hacer esas acusaciones y omitir las causas de las mismas. En la última votación de la ONU pidiendo el fin del embargo, fueron 187 los países que votaron a favor y sólo tres estaban de acuerdo en mantenerlas. EE.UU. y su incondicional Estado sionista de Israel, en esta ocasión se les unió el impresentable de Bolsonaro, saben que no pueden ceder ante la posibilidad de quedar al descubierto sus mentiras. Saben que el pueblo cubano tiene suficiente capacidad de trabajo como para demostrar que su sistema de gobierno está muy por encima del suyo, además de ser mucho más humanitario. También hemos podido leer otro tipo de hipocresía de quienes pretenden, acogiéndose a la virtud del centro, quedarse en medio, ni con unos ni con otros. Pero, ¿se puede ser equidistante entre la crueldad del poderoso y el sufrimiento del débil?