Los parabenos sintéticos, químicos muy baratos derivados del petróleo se usan en el campo de la cosmética -champús, geles, cremas...- y en las industrias alimentaria y farmacéutica como conservantes.A pesar de estar aprobados por su baja toxicidad, hay evidencias científicas que los clasifican como disruptores endocrinos cuya acumulación es gravemente dañina para la salud. Si usted un día ha dormido mal, o está estresado, o sus defensas están bajas, este tóxico, que penetra en el torrente sanguíneo, puede alterar una célula y ser el inicio de un cáncer que, en el mejor de los casos, le abrumará años de vida.Ha llegado el momento de poner fin a este componente que aparece en numerosas biopsias de cáncer de mama, testículos y tiroides, además de ser origen de muchas alergias y estar relacionado con la pérdida de fertilidad. Dado que hay alternativas naturales a los parabenos, los consumidores debemos presionar a Europa para que los prohíban y dejar de usar productos que los contengan.