Los mismos que dijeron que la pandemia se había acabado ahora dicen que no del todo y que toca poner medidas. La pandemia se está gestionando según los intereses económicos del capital, y esto está suponiendo un desastre. No vaciléis porque esto va muy en serio.Ahora, escasos dos meses después de levantar todas las restricciones, apuestan por el control social, con una medida que pone en duda hasta su propio sistema penal. Parece que el virus no afecta a los espacios de producción, ya que todas las medidas se toman en el ámbito social. Se aprieta el cinturón, pero siempre lo aprietan los mismos, no vaya a ser que el PIB deje de subir.Una medida, la del pasaporte, que no es que por sí sola no sea efectiva, sino que no es justa, y además supone un precedente muy peligroso. Es una obligación encubierta y una segregación y persecución contra los no vacunados. Ponen de ejemplo la salvajada de Austria, y parece que lo que van a hacer aquí es lo menos malo, pero necesario. No podemos permitir que se coarten libertades básicas con la excusa de la pandemia. Ya lo han hecho antes, con el derecho a reunión o manifestación. Debemos parar esta ofensiva que tiene como objetivo la modernización del capital y la subordinación de la clase trabajadora.En vez de aumentar los recursos sanitarios y tomar medidas efectivas para parar realmente el virus, se ha puesto en marcha una ofensiva farmacológica y autoritaria, y se ha puesto en el punto de mira a la clase trabajadora. Capítulo aparte merece la gestión de las vacunas por la gran oligarquía farmacéutica.¿Pero, entonces que planteáis?Hay miles de medidas posibles y deberían basarse en premisas epidemiológicas y no políticas. A corto plazo: autotest y mascarillas gratuitas, medidas apropiadas de ventilación, descenso de ratios en escuelas, ayudas a gente confinada, estudio de consecuencias del Long Covid... Con el tema de la vacuna, pese a ser favorable a la vacunación y comparta la necesidad de universalizarla, creo que el hecho de que haya gente que se niegue es en gran parte consecuencia de una pésima gestión y el abuso del miedo como herramienta. La obligación encubierta no puede ser la solución. A largo plazo, es necesaria la implantación de un sistema de salud gratuito, de calidad y universal, bajo el control de la clase obrera y no de los intereses de valorización del capital.Hagamos frente al falso sentido común de partidos y medios de la oligarquía y paremos esta ofensiva.