Leo en el periódico que ha fallecido Josefina Artaiz, una de las seis personas centenarias que recogía la revista ‘SF22', editada por la Casa de Misericordia con motivo del centenario de la Plaza de Toros. Josefina Artaiz Zabalza era hija del único alpargatero que había en Pamplona en 1922, con tienda en la calle Comedias. Tenía manos de pianista, fue dantzari del Oberena y le encantaban los toros, como bien contaba la Pilar Fernández Larrea. A pesar de reconocerse cansada, decía a la periodista que ha vivido “la mar de a gusto” y que cada noche se preguntaba "qué querrá Dios”. Es posible que ya tenga respuesta. La historia de Josefina, las de los otros cinco centenarios y muchas otras historias igualmente fascinantes hacen de ‘SF22' una publicación estupenda y un magnífico detalle que la Meca ha tenido con sus abonados. No lo soy, pero ha llegado a mis manos y he encontrado en sus páginas una mirada variada, abierta, refrescante e inteligente a la fiesta, con la plaza y la feria ocupando un espacio central, como corresponde, y a su alrededor decenas de hechos, personas y formatos.

Me ha recordado, el coso pamplonés, a cualquier frontón, que es un lugar abierto—entre un frontis y una pared— en donde se encuentran los vecinos no solo para jugar a pelota sino también para bailar, retarse encima de troncos, conversar, comerciar… en definitiva, como el ‘ágora’ de la Antigua Grecia. Pues eso, que la Plaza de Toros de Pamplona es el ‘ágora activo de la fiesta’ —el otro ágora es la Plaza del Castillo— en donde toman pulso los reencuentros, año tras año, con los vecinos de localidad, de merienda, de confidencias, de risas… y, claro, de espectadores de grandes espectáculos taurinos. En todo caso, un lugar por el que cada día de San Fermín pasan más de 40.000 personas entre encierros, corridas y festejos matutinos en donde cada cual deja alguna vivencia y se lleva sensaciones, de sol y de sombra, inolvidables en algún caso. Y todo esto es lo que a mí me ha refrescado la revista de la MECA. Incluso dando rienda suelta a la imaginación distópica con una historieta crítica y desternillante del particular Simónides que nos muestra cómo podría ser Pamplona dentro de cien años; ¿será así? Ojalá 'SF22' tenga continuidad. Enhorabuena por el trabajo de tramoya que destila la publicación.