Me gustaría compartir una carta abierta enviada al Ayuntamiento de Gallipiezo, que da cuenta de un gesto precioso de unos de sus vecinos. Estimados señores, lo primero que tengo que pedirles, antes de exponer lo que voy redactar, es perdón por mi intromisión. Mi nombre es Daniel Molini Dezotti y tengo el gusto de dirigirme a ustedes para comentar un tema que me produjo enorme satisfacción en mi último viaje por Navarra, que concluyó hace un par de días. Ustedes no me conocen, y esa ignorancia es recíproca, la mía mayor, agravada, por cuanto al leer vuestros nombres en el artístico buzón de madera no sabía dónde se situaba Gallipienzo, mucho menos la calle Cuesta. Llegamos con mi esposa buscando rincones con encanto, sitios donde el paisaje se enreda con la historia y ambos, pasado y belleza, aunados con respeto, consigan hacer sentir que hay alternativas al turismo convencional de masas, de uso y abandono. Cuando transitábamos por la carretera en dirección al pueblo, serpenteando por caminos estrechos y vimos asomar el perfil urbano sobre un enorme promontorio,sonreímos, una sonrisa de alegría y gratitud por habernos atrevido a la excursión. Una vez allí, caminando despacito, recorrimos las calles empedradas, espiamos las maravillosas perspectivas del río Aragón, robamos decenas de imágenes de puertas antiguas, bisagras, columnas y flores, que nos trajimos incorporadas, y paso a paso, ascendiendo a pesar de los números: 40 grados de temperatura y 70 años de edad, llegamos al castillo. Muy cerquita de allí nos llamó una bomba para extraer agua, al verla dotada de una cadenita que sostenía una taza de acero inoxidable. Ambos comentamos la hermosura del detalle y ambos pensamos que tendrían que ser ustedes, los vecinos más cercanos, los encargados de custodiar ese monumento a la solidaridad, la de dar de beber al sediento. El artilugio mecánico lo hubiese hecho posible, pero ustedes, si es que fueron ustedes, agregaron amor al sistema hidráulico, y eso queríamos agradecer. Si no fueron ustedes quienes colocaron la taza en el lugar donde está, no se anula la felicitación, eso sí, sin faltarles el respeto me atrevería a nombrarles mantenedores de la misma, para que permanezca siempre limpia, siempre renovada, para hacer posible que cuando otra persona llegue a ese rincón, al lado mismo de vuestras casas, se vuelva a emocionar." Con todo el respeto los saludo.