Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Una verdad como un templo, que deberían pensar todos esos que que marcan tendencia de terror, de fuerza, de avisos de muerte, de muertos, cohetes, aviones, masacres, como Israel, la Rusia de Putin, la OTAN de Baiden, la Europa servil y suma y sigue. Tienen miedo, carecen de seguridad sana, auténtica, de hablar sin chulería como hacen los viejos a la fresca del día sentados en una simple silla con un vaso o bota de clarete fresco. Los viejos de la tribu alrededor de la hoguera al atardecer. No solo es romántico. Es efectivo. Hablando se quita el miedo, miedo al vecino. Es tan viejo como la humanidad. Por encima de todo esto está la necesidad de seguir con el negocio de las armas y hay que aumentar el presupuesto como sea y a costa de lo que sea. El miedo es muy rentable y como la religión desde el púlpito, muy barata. La humanidad está muy verde. Así como Europa tiene que madurar en la Europa de los pueblos, China es un enjambre de abejas que por ahora han fabricado buena miel, riqueza de capitalismo rabioso en un sistema comunista de nombre, pero al tiempo. Rusia, Israel (sucursal de EEUU) y sus matanzas. Atacan, asustan, matan a sus vecinos pero el problema real lo tienen dentro, muy dentro.