Que a este esperpento le llamen democracia, donde ni los custodios de la ley la cumplen y no cualquier ley sino la propia Constitución; y los que manejan los poderes de verdad, la prensa y medios oscuros y fascistas, da mucha pena; lo que hace ver que los franquistas y sus seguidores, instalados en la pasta del IBEX 35 y demás floreros artificiales, son los que de verdad cortan el bacalao, desalado, sin espinas para hacer creer que es limpio, moderno, democrático. 

En la susodicha transición nos la metieron doblada: el franquismo puro disfrazado por la gatera; y todavía sigue vivo con togas y medallas, uniformes, periódicos, empresas, bancos y Bolsa, eléctricas, seguros de vida y de muerte. La bolsa o la vida. Un atraco que le quieren llamar democracia y resulta ser una comedia o sainete grotesco. Ahora, para los que mandan, la solución está en conquistar la mente de los votantes, de los clientes. Peligro inminente. Somos el objeto de ventas. Y a vivir que son dos días.