Qué de cosas se pueden conseguir creando una red de personas que ayudan a personas. Desde una sonrisa que reconforte a parar, pacíficamente, una guerra.
Quiero dar las gracias a todas aquellas personas que durante los episodios de los días 7 y 9 de diciembre me protegieron:
A la Comunidad del IES Sarriguren por encender la llama.
Al que hace 22 años fue mi profesor y que, junto con mi compañero de vida, me acercaron en una ambulancia improvisada hasta el Hospital.
Al servicio del 112 por su rapidez.
A todas las personas trabajadoras de un supermercado famoso de Sarriguren, y a una mamá que compraba jamón que me atendieron y calmaron a mi hija de tres años en un segundo episodio.
Al Hospital de Navarra por hacerme una ITV Premium (cuidemos la sanidad pública, no tiene precio).
A mi hija Vega por hacerme la visita más bonita del mundo.
Nuevamente a mi pareja, mi madre, mi tía, mi hermano, las Rojillas, las Viejas Glorias, las canguros y todas las personas que me han mostrado su ayuda y arropo.
Gracias a este engranaje, el miedo ha sido más suave, la esperanza más grande y mi compromiso parte del eslabón.
¡Feliz Navidad o Solsticio de Invierno, os deseo salud!