Por razones laborales antes y ahora por simple pasatiempo he seguido con asiduidad los datos mensuales recogidos en la hoja de cálculo que refleja la contabilidad del Ayuntamiento de Iruña en la sección open data de su página web. Creía que dicha presentación mensual era un proceso informático automático pero parece que todo puede fallar y más si se trata de transparencia en esta nueva etapa de desavenencias políticas entre UPN y el PP.

El caso es que a 10 de enero de 2023, el Ayuntamiento sigue exhibiendo la misma hoja de cálculo que el 10 de octubre de 2022. Que yo tenga constancia es la primera vez en casi ocho años que se produce un retraso de tres meses.

Con este injustificado retraso, en cambio, no parece que el alcalde Maya (UPN) y la concejala de servicios generales Echávarri (PP) tengan desavenencias y claramente se han puesto de acuerdo en la estrategia de que no se tengan datos de las cuentas de 2022 del Ayuntamiento de la ciudad que dirigen hasta pasadas las elecciones del 28 de mayo. El tiempo dirá si acierto o no pero la experiencia de los ocho años en los que Maya ha estado al frente del Ayuntamiento nos revela que nunca ha presentado las cuentas anuales de la ciudad en plazo, siendo la tónica general el presentarlas en la época en que se habla de los presupuestos del año siguiente y todo, claro está, con la intención de que pasen desapercibidas.

Me temo que las cuentas anuales de 2022 del Ayuntamiento de Iruña van a ser hasta junio de 2023 uno más de los secretos de estado que tanto les gusta guardar a la derechas navarras.