La Rusia imperialista de Putin ha invadido Ucrania, territorio soberano. De ello han derivado violaciones de derechos humanos, de los derechos de las mujeres y del pueblo ucraniano.

Recordando en todo momento esto, hay que decir que Zelenski, su Gobierno y sus militares han asesinado a hombres ucranianos a los que se les obligó a ir a la guerra pero que hubieran elegido otra opción. Queremos dar la bienvenida a objetores y desertores y enviar mucha suerte a los que se han quedado, porque sientan que no puedan vivir dejando su casa, su entorno, su paisaje, porque forma parte de ellos. Para las miles de mujeres exiliadas mucho ánimo. Tampoco podemos obviar que este contexto violento propicia y atrae a militares rusos, chechenos, ucranianos violadores de mujeres y de niñas y niños o que provocan otras barbaridades.

Se entiende que cuando te atrapa una guerra, la violencia y la lógica militar se imponga y una parte de la población que quede quiera recibir armas, como habrá otra parte que no lo desee.

Desde nuestras sociedades tenemos que intentar escapar a esta lógica que nos empobrece ética y económicamente y decimos: no al envío de armas porque no queremos eliminar personas para solucionar los conflictos y porque es fácil que se produzca una escalada llegando a la utilización de armas nucleares. A EEUU, por ejemplo, no le tembló el pulso en Hiroshima y Nagasaki. ¿Por qué les va a temblar ahora a todos esos países que las tienen? Rusia, EEUU, Israel, Irán... todos en una órbita territorial o de intereses cercana del conflicto ucraniano. Debieran ir a las guerras los que las provocan. No veo a Putin, Zelenski u otros en la trinchera ni poniendo sus cuerpos o las de sus hijos.

Por otro lado, ¿dónde se ha trabajado la prevención de solucionar un problema sin entrar en una guerra? Los movimientos feministas siempre han reclamado prevención, formación y educación, además de tomar otras medidas, como las mejores formas de luchar contra la violencia a las mujeres. ¿Dónde se trabaja contra las guerras? ¿no era a través de las relaciones diplomáticas? No se ha debido trabajar mucho en ello. Habrá otros intereses, los de las fábricas de la industria militar o los intereses de los militares rusos o ucranianos en seguir existiendo para crear muerte y justificar una existencia que no tiene sentido. Queremos recordar que las llamadas labores humanitarias de los ejércitos son lavados de cara, para ello están las bomberas y bomberos y si no hay suficientes, que contraten más, que para lo que quieren ya suben el dinero de los presupuestos. Ejemplo lo tenemos en los presupuestos estatales, un 26% más que el año pasado para el Ministerio de Defensa.

Como sociedades que creamos estructuras institucionales y realizamos leyes con el objetivo de crear sociedades más justas, solidarias y para vivir mejor, no podemos permitir que las soluciones a los conflictos vayan por medios militares llegando a la guerra. El Parlamento de Navarra ya ha aprobado un punto de la moción que presentó la Plataforma Contra las Guerras - Gerrarik Ez que proponía “apoyar los esfuerzos dirigidos a promover un cese del fuego y a entablar negociaciones”. Y esto pasa por no seguir fomentando y hacer crecer un conflicto enviando tanques y otro tipo de armas.

Como muchas mujeres y organizaciones feministas colombianas reclamaron durante el conflicto armado: “Ni una mujer, ni un hombre, ni un peso (euro) más para la guerra”.

Las autoras son miembros de la Plataforma Contra las Guerras - Gerrarik Ez