Estamos en un mundo donde la lacra de la violencia machista se ve, se huele, se sufre. Pero no se habla de las adolescentes, las grandes olvidadas. Algunas sufren maltrato psicológico por parte de sus parejas y este maltrato no es percibido por ellas, pero sí por su familia. Vemos el control de amistades, de redes sociales, el distanciamiento con la familia, las descalificaciones; conviven con ellos, pero pasan muchas horas en sus casas comiendo, durmiendo, 1 día, 2 días, 3 días, y sin venir a casa. En algunas de estas parejas prácticamente no hay diferencia de edad y, entonces, no se da la importancia que se tiene que dar. Están en sus casas con los progenitores de éstos acogiéndolas y consintiendo a las menores a estar allí.

Son chicas adolescentes que todavía no se han formado y están ya normalizando el maltrato. Los padres y madres no podemos ponerles normas, ya que tienen una casa donde son acogidas. ¿A quién le pongo las normas si no la veo?

No se está previniendo con ellas el maltrato porque no se le da la importancia a la violencia psicológica que sufren. Ellas no son conscientes de lo que les está pasando y no lo reconocen, y a las madres y padres no nos creen porque no lo podemos demostrar.

Acudes pidiendo ayuda y lo que te encuentras son respuestas como estas:

“A las adolescentes les da por ir a dormir a casa de los novios”, “Es normal que un adolescente beba”.

Les hablas de la violencia psicológica que sufre la hija, eres la que lo está viviendo en casa y padeciendo, y os aseguro que esto es un infierno. Sientes una soledad inmensa y una desprotección por parte de las administraciones a las que acudes, pides ayuda y acabas perdiendo la confianza en los Servicios Públicos.

Se banaliza y trivializa todo lo que les cuentas a los trabajadores de los Servicios Públicos, no se dan cuenta del dolor y sufrimiento que causa este problema, no se puede jugar con el sufrimiento de las menores ni de sus familias, se debe dar la importancia que lo requiere en este tema tan delicado.

¿Dónde está la prevención? Si ellas no lo dicen ¿tenemos que esperar a que pase algo? No entiendo el sistema, es contradictorio. Si ellas no son conscientes y no lo dicen, los padres tenemos que probarlo. ¿Cómo se demuestra el maltrato psicológico? ¿Por qué dicen que en cuanto se detecte algún indicio de violencia se denuncie (familia, amigos, etc.) y luego te dicen que no tienen recorrido? ¿Por qué en alguna asociación te reconocen que hay violencia psicológica y luego no quieren admitirla por escrito cuando su obligación es denunciarlo?

Lejos de proteger a la menor, lo que se ha hecho es abandonarla y permiten la desestabilización de una familia. No se puede vivir a costa de menores vulnerables. ¿Los recursos que tienen los servicios públicos son realmente eficaces?

He llegado a la conclusión que para que el sistema funcione hacen falta víctimas. Se hace como que se les protege, pero lo que realmente veo es que se vive de ellas.

Lo único que queda es esperar a que pase algo para poder denunciar.