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Transporte público, una empresa, un servicio, dos actitudes

Transporte público, una empresa, un servicio, dos actitudesJavier Bergasa

Segunda quincena de noviembre, no diré día ni horario para no señalar personas, que está muy feo. Tengo que dirigirme a la casa de cultura-Kultur-Etxea de Zizur Nagusia. Consulto en internet, averiguo que puedo coger la línea 15 o la 18, pero no me queda muy claro en qué parada bajarme. Cojo la 18 y le pregunto al conductor si sabe qué parada queda cerca de la casa de cultura. Respuesta: “ ¿Y en qué calle queda la casa de cultura? No es el desconocimiento lo que me incomoda, sino su desdén, a mi juicio, al responder. Le digo que creo que creo que está cerca del arco de entrada a Zizur (no conozco el lugar). Dice que sí, pero sin más indicaciones. Bajo y, preguntando en la calle, llegó a mi destino. 

Viaje de regreso una vez acabada la actividad, de noche y lloviendo. Preguntando llegó a la parada y está la 15 parada con su joven conductor al lado. Le pregunto si ese autobús me lleva a Pío XII. Con mucha amabilidad me responde que sí, pero que da algo más de vuelta que la 18. Y añade que cree que está por llegar, pero que él sale en un par de minutos y que si no ha llegado la 18 llegaré antes en su autobús. Me explica la diferencia entre el servicio de la línea 15 y la 18. Espero abajo. En un par de minutos, y viendo él que no ha llegado la 18, me dice: “Sube, que te llevo yo, llegarás antes que esperando a la 18”. Todo sin perder esa actitud tan amable. En efecto, da un poco de vuelta, pero llego en poco tiempo. Le agradezco su amabilidad y bajo del autobús. Fin del trayecto. Igual el primer conductor tenía un mal día, no lo sé. Pero yo era un viajero con dudas sobre el trayecto y no me sentí atendido en condiciones. La actitud del segundo conductor me reconcilió con el gremio. Se lo quiero agradecer de nuevo, mila esker