Me imagino que te sientes orgulloso y satisfecho de que en nuestra ciudad, Iruña, no hay nadie durmiendo en la calle con estos fríos y los que se avecinan. Yo me siento orgulloso de tener un alcalde así. Gracias. Nos quitas una preocupación.

No sé cómo lo gestionarás, porque nunca he sido alcalde ni lo seré; pero por lo que veo en la calle te encontrarás de todo: jóvenes con ganas de aprender, de trabajar y maduros con problemas de alcohol, tabaquismo y demás necesidades físicas y psicológicas; también existirá el efecto llamada y tendrás que poner un filtro, porque la derechona se te echará encima como perros sabuesos. Lo tienes fácil. Todos deberán aprender el idioma de la tierra: el euskera. Y así prepararás unos equipos de gente de la tierra, naturales. Bueno, ya iremos viendo y seguro que sabes cómo arreglarlo. De momento, enhorabuena, señor alcalde.