No voy a ponerme en boca de personas que por razones obvias ya no pueden hablar, pero si recordaré, que en vida, ninguna de las personas que se mencionan en el artículo, ni Imanol ni Yoyes, consintieron ser utilizados políticamente como ariete contra nadie. Detalle este que en el caso de Imanol puede precisamente desprenderse de algunas de las entrevistas del propio documental de ETB que dio pie a la redacción del artículo Imanol, silencio resonante publicado en este diario el pasado 8 de enero. 

Dicho esto, y ya de mi parte, sugiero a todos los que, como en el citado artículo, realizan solicitudes de condena inequívoca a Asirones de todos los municipios, acompañen la solicitud con otra en la que exijan a los UPNs y similares, que también aspiran al bastón de mando, que soliciten al PP una condena también sin paliativos a las acciones cometidas por su expresidente Jose María Aznar.

Y no, no se está aquí mezclando churras con merinas. El citado personaje sigue apareciendo a día de hoy en actos públicos del partido, y declara reiteradamente cada vez que tiene ocasión que se siente orgulloso de lo que entonces (2003) hizo y que no se arrepiente de su contribución a una invasión que supuso una masacre de miles de iraquíes. Exactitudes al margen, miles, muchos miles de iraquíes. Personas que se deben contar de una en una, todas con nombre y apellido, personas todas ellas asesinadas por el delito de pertenecer a un país supuesto poseedor de unas armas de destrucción masiva, que ahora sabemos que ya entonces se sabía que no existían. Y delito en todo caso por el que sí son directamente acusables los agresores, que tanto entonces como ahora disponen de armas de destrucción masiva en cantidad suficiente para dejarnos sin planeta.

Así pues, volviendo a los que reiteradamente exigen condenas y “profunda contrición”, repartan por favor cartas a todos los de la mesa, emparejen ambas solicitudes y dispondrán así de una base argumental seria y creíble, algo de lo que de lo contrario carecen.