Los políticos, jueces, militares obispos y diplomáticos españoles siempre han destacado por su prestigio y el nivel intelectual de sus protagonistas, así como su desparpajo, elegancia y retórica en la tribuna de las Cortes. Decía Indalecio Prieto que “los españoles somos de fiar”. Sí, como el “dúo de la Benzina” que forman los dos primeros espadas de la derecha extrema y la extrema derecha, Feijóo y Abascal, que se coaligaron para alcanzar el poder que tenían en la mano, pero que como admiradores del Lazarillo de Tormes, se han echado los trastos en un escenario trágico-cómico, con la daga escondida en el calzoncillo y en desbandada general; buscando cada uno salvar cargo y sueldo a pesar de que se juraron eterna fidelidad, pero la tropa de VOX negó a Abascal tres veces como San Pedro a Jesús. Ahí aparecen púbicamente ambos “narcisos” acusándose mutuamente con saña de traidores dando lecciones de ética y arrogancia tratando de justificarse ante su electorado. Mientras, Sánchez y el pícaro Bolaños aparecen en la bancada de las Cortes intentando disimular la risa que les provoca Abascal colgado de la brocha.
Una vez más a Sánchez se le aparece a virgen y salva un match ball por los pelos que pierden los protagonistas del derrumbe del castillo de naipes construido por Feijóo, Cuca y Tellado para recuperar el poder perdido por ignorar que quien gana las elecciones no significa necesariamente que tenga que formar gobierno y a pesar de que se lo explican sus asesores áulicos y consideran que el gobierno de Sánchez es ilegítimo y hace años que son incapaces de tocar poder, pues Sánchez cuenta con el asesoramiento de la influencer Bego Gómez.