Inversión en salud mental, un imperativo inaplazable

El 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental y se puso el foco en un tema crítico que no debería quedarse en un solo día de reflexión. Es un problema que afecta a miles de personas en Navarra. A pesar de la creciente demanda de atención en este ámbito, sigue habiendo una preocupante falta de inversión en salud mental, lo que deja a muchos pacientes desatendidos o abandonados en sus tratamientos.

Las enfermeras juegan un papel fundamental en la atención de salud mental, enfrentando una sobrecarga de trabajo que dificulta el acompañamiento adecuado a los pacientes. Las largas listas de espera y la falta de recursos para terapias especializadas evidencian la falta de atención en este campo. 

Según la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), la inversión en salud mental en Navarra es claramente insuficiente. Esto acaba afectando tanto a la calidad del servicio como al bienestar de los profesionales que lo prestan. 

Es crucial que las instituciones aumenten la inversión en salud mental, destinando más recursos a la formación especializada del personal de enfermería. También es necesario invertir en programas de prevención y atención, abordando temas críticos como el estigma social asociado a los problemas de salud mental, que muchas veces desmotiva a las personas a buscar ayuda y se acaba retrasando su tratamiento.

La salud mental no puede seguir siendo una asignatura pendiente. La sociedad puede hablar abiertamente sobre la salud mental para reducir el estigma, lo que ayudará a que más personas busquen ayuda a tiempo. El Gobierno de Navarra y las instituciones sanitarias deben garantizar una atención integral y continua tanto a los pacientes como a sus familias. Invertir en salud mental es invertir en el bienestar presente y futuro de nuestra sociedad. Es hora de actuar ante esta crisis silenciosa antes de que sea demasiado tarde.

*Alumna de 4º curso de Enfermería