Lucha contra la espina bífida: jubilación anticipada ya

Soy una persona con espina bífida que lleva años luchando contra las secuelas de esta patología. A pesar de mi optimismo, la realidad es que mi condición empeora con el tiempo. A los 50 años me veo obligada a enfrentar limitaciones físicas y un deterioro progresivo de mi salud, lo que me hace cuestionar las posibilidades de trabajar hasta los 65.

El pasado jueves 21 de noviembre fue el Día Nacional de la Espina Bífida.

Como persona con espina bífida he aprendido a vivir con optimismo y sacar lo mejor de cada situación. Sin embargo, la realidad es que mi patología me ha impuesto limitaciones físicas que se agravan con el paso del tiempo.

Es frustrante pensar que debo seguir hasta los 65 años cuando mi esperanza de vida se ve afectada por esta condición. Quiero poder disfrutar de mis últimos años, de mis seres queridos y de mis pasiones. La espina bífida va más allá de la movilidad, implica un desgaste de mi cuerpo y mente.

Creo que todos merecemos tener la oportunidad de vivir nuestros últimos años con tranquilidad y dignidad. La jubilación anticipada no debería ser un privilegio, sino un derecho para quienes lo necesitan. ¿Por qué debo esperar tanto o incluso no llegar a disfrutar de mi jubilación?

*La autora es presidenta de la Asociación Navarra de Espina Bífida (ANPHEB) y consejera del Consejo Estatal de FEBHI (Federación Española de Asociaciones EB e Hidrocefalia)