Ha llegado la hora de la solución final. No del exterminio, sino de la racionalidad, antes de desaparecer como especie humana. Como la solución final está en manos de muchos países que poseen las bombas atómicas y demás elementos de disuasión definitiva (Israel incluida), ha llegado el momento de crear los órganos de disuasión sin privilegios de veto. Todas las naciones deben decidirlo por mayoría de tres cuartos, el 75 por ciento de la población mundial, creando leyes obligatorias, sin ninguna clase de veto, y el que no está dispuesto a hacerlo, apartarlo de todo beneficio. Será la única forma de sobrevivir como humanos: la razón.
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