Gracias Úrsula
Más vale que tenemos a Úrsulaahí vigilando un poco lo desastres que somos, con las despensas vacías, sin agua ni papel de baño ni pilas ni mecheros ni velas… Luego pasa algo y qué, calamidades, que no sois ni para vosotros, el cesto de la ropa sucia lleno a rebosar pero las estanterías para latas de conservas, espaguetis, leche, gel y champú vacías. ¿Cómo vamos a sobrevivir si no tenemos a mano un destornillador, un martillo, unas gasas, gel hidroalcohólico y paracetamol por si vienen dadas? ¡¡¡Ahhhh, que no hacéis ni caso y luego pasa lo que pasa, peligro inminente riesgo total!!! Escuchad con atención cuando se os habla antes de que sea demasiado tarde. Las escrituras de la casa y fotos de la familia dentro de una funda de plástico; un pito, silbato quiero decir, por si se derrumba el edificio poder hacer ruido y que nos localicen lo más pronto posible; y una radio, que ayuda mucho escuchar rap cuando estás entre los escombros. Las magdalenas y las palmeritas de chocolate que sean envasadas cada unidad, que si no se ponen perdidas de polvo y no hay quien las coma. Los pañuelos de papel, para secarnos las lágrimas y el moquillo, y las toallitas jabonosas, para lavarnos en el último momento antes del rescate y salir un poco dignos, tampoco hay que escatimar. ¡Y haced caso a Úrsula, joder!