Síguenos en redes sociales:

El gran colapso gourmet

Comienza The Champions Burger en PamplonaJon Urriza

11

Parece mentira, pero sí: ha vuelto el evento que todos estábamos esperando… o intentando olvidar. El pasado miércoles abrió sus puertas el macrofestival que promete convertir nuestros barrios en un parque temático del colesterol durante 12 gloriosos días. ¡Doce! Ni más ni menos. Doce días de humo, bocinazos, olor a carne vuelta y vuelta, y vecinos vuelta y vuelta de los nervios.

Nos dicen que es una fiesta del “ocio gastronómico”. Nosotros, más bien, lo llamamos el apocalipsis de la tranquilidad vecinal. Porque ya sabemos lo que viene: calles saturadas, coches buscando un hueco imposible, servicios públicos al límite, y ese ambiente entre feria y atasco que tanto caracteriza a los grandes hitos de la modernidad urbana.

Pero bueno, al menos el año pasado fue todo un éxito... si consideramos como éxito dos ingresos hospitalarios y 21 intoxicaciones alimentarias. Todo un récord digno de medalla -de aluminio, por supuesto, porque el oro se lo llevan los organizadores-.

Y qué decir de las condiciones laborales. Porque, como en todo macroevento que se precie, no podían faltar los contratos temporales con sabor a explotación. Jóvenes sirviendo hamburguesas a destajo, jornadas maratonianas y sueldos de chiste. Todo sea por “vivir la experiencia”.

Mientras tanto, los vecinos vemos cómo nuestro espacio público se privatiza un poquito más. La plaza ya no será la plaza, será un “recinto”. El parque, un “área de consumo”. Y la calle, una “vía de acceso preferente para el reparto de proveedores”. Lo de pasear, charlar o simplemente respirar sin olor a grasa… eso ya es otro nivel de privilegio.

Asamblea vecinal contra The Champions BurgerJon Urriza

6

Así que sí, ha vuelto The Champions Burger, sin cambios, sin autocrítica y sin remordimientos. Doce días de colapso garantizado, de ruido, de fritanga y de masificación. Doce días en los que la Rotxa y Alde Zaharra se convertirán en una especie de zona cero gourmet, donde aparcar será misión imposible y dormir, una utopía.

Pero tranquilos, que luego nos dirán que ha sido “todo un éxito de participación”. Y tendrán razón: participaremos todos, queramos o no. Algunos en la degustación, otros en la intoxicación.

En fin, preparen los tapones para los oídos, los filtros de aire y la paciencia. Porque la hamburguesa gigante ha vuelto, y esta vez...viene con extra de colapso.