Hablando en torno al euskera concluía su libro diciendo que "una lengua no puede subsistir sino con escuela y medios de comunicación modernos y que es necesaria una forma de lengua unificada para que sirva en esos usos y en los de la administración. Privar hoy a una lengua de esto es lo mismo que condenarla a muerte". ¿Quién decía esto? ¿Algún dirigente de la izquierda abertzale? ¿El portavoz de Euskal Herrian Euskaraz? No, ni muchísimo menos: fue Antonio Tovar, filólogo, historiador e intelectual de reconocido prestigio internacional, nacido hace 101 años en Valladolid, afín al régimen franquista y a la Falange, en los primeros años, que llegó a ser director de Radio Nacional de España, y uno de los principales responsables de la propaganda del gobierno de Burgos, hasta que su decepción con el régimen lo llevó a alejarse física e intelectualmente de la España franquista. Estas palabras sobre el euskera las escribió en su libro Mitología e ideología sobre la lengua vasca, publicado en 1980 y reflejan claramente cómo se puede estar del lado del euskera, defenderlo y reclamar para él lo que necesita para su supervivencia, sin ser un separatista radical, como nos quieren hacer creer últimamente desde el poder.
En el mismo sentido ha hablado recientemente el defensor del pueblo de Navarra, Javier Enériz, afirmando que se puede "compatibilizar la restricción de gasto obligada por la crisis" con la presencia del euskera en los medios de comunicación mediante ayudas y su apoyo estable. Enériz ha pedido al Parlamento algo tan obvio como la inclusión en los Presupuestos Generales de Navarra de una cuantía que permita cumplir con la ley vigente ¡ojo! e instó al Gobierno a elaborar un plan de apoyo económico y técnico a los medios de comunicación que usen esta lengua, para que éstos puedan conocer de antemano sus recursos. Qué mal están las cosas cuando los que mandan prefieren seguir creyendo eso de que la "h" del batua es "un arma de los terroristas". ¡Ay, señor Tovar, qué poco han cambiado algunas cosas!