Campi. Cam-pi-ón. No Campeón. Arturo Campión. Así se llamaba el escritor y político pamplonés y euskaldunberri que tanto trabajó por el euskera a finales del siglo XIX y principios del XX. Este año se cumplen 75 años de su muerte y también 40 de la fundación del euskaltegi que lleva su nombre, el más veterano de la capital navarra. Precisamente gracias a la petición de este se puede ver durante esta semana en el Museo de Navarra el retrato que le hizo el genial Xabier Ciga. Es un cuadro impresionante, pero más lo es, todavía, todo lo que hizo este intelectual activista nacido en el número 11 de la calle Chapitela. Fue el principal impulsor de la Asociación Euskara de Navarra, que a finales del siglo XIX trabajó por salvar esta lengua, que iba en franco retroceso. Los eúskaros entendieron que era fundamental devolver el prestigio al euskera y que los euskaldunes no sintieran vergüenza de su lengua y de su cultura. Para ello reclamaron constantemente a las instituciones la adopción de medidas prácticas favorables, especialmente en la enseñanza.

Sus estudios filológicos, históricos y su obra literaria son fundamentales en nuestra historia reciente. Es autor de Nabarra en su vida histórica, obra que acaba de reeditar Txalaparta y en la que realza el momento cumbre del reino vascón de Navarra, el de su independencia y madurez institucional, desde sus orígenes hasta su final con la conquista en el siglo XVI.

Por todo ello no es de extrañar el empeño que muchos han puesto en arrinconarlo para que caiga en el olvido más absoluto. Por eso la única calle que lleva su nombre no está en Pamplona. Por eso es perfectamente creíble eso que dicen por ahí de que hace unos cuantos años, cuando el retrato de Campión todavía estaba colgado en una de las paredes de Diputación, Jaime del Burgo, el padre de Jaime Ignacio, levantando el puño se dirigió al cuadro diciéndole: "Tú tienes la culpa de todo lo que está pasando en Navarra".