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Jugar no es un juego

El consejero de Salud presentó el jueves datos acerca del gasto que hacemos los navarros en apuestas, que en 2017 fue de 77 millones de euros, un 150% más que en 2012, y alertó de que “el juego on line y el efecto potenciador de internet han favorecido el consumo a edades más tempranas”, lo que ha llevado -y llevará- a nuevos casos de ludopatía, una adicción que “ocupa lugares bajos dentro de las adicciones, pero ante la que hay que actuar y adoptar medidas preventivas”. Todos los grupos parlamentarios coincidieron en la necesidad de establecer legislación relativa a publicidad, horarios, distancia de las casas de apuestas de los centros escolares y buenas intenciones a cubos. Me sorprende que nadie, ninguno, hiciera referencia a que el aval aprobado hace unos días a Osasuna por ese mismo parlamento y por todos los grupos -salvo la negativa de IE y la abstención de Podemos- no incluyera la obligatoriedad de que el máximo club deportivo de Navarra, al que se le van a avalar 23 millones de euros y que juega en instalaciones públicas, no lleve en su camiseta publicidad de una casa de apuestas. Entiendo que sus señorías participan en muchas comisiones parlamentarias al año y lo mismo te están entrando en el Koxka con Casado e Inda que hablando de adicciones, pero un poquito más de unir la línea de puntos y de concentración no nos vendría mal: aval a un club de elite -no estoy en contra del aval, sí a favor de que se dé con contraprestaciones y exigencias y no solo económicas- con millonarios a bordo no debería ser compatible con que ese club sea soporte publicitario en su camiseta de algo que puede desarrollar una adicción, un camino no precisamente largo y en el que una vez que se entra el daño es muy grande. Si estamos concienciados estamos concienciados, solo de boquilla como que no. Y mucho más las instituciones públicas con el dinero y la imagen de todos.