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Pijos peligrosos

El alcalde de Pamplona quiere tirar la antigua Autobuses y poner una pista de esquí “para críos” o una bolera o cines o todo junto. Mire, le cuento: mi hijo tiene 6 años. Como imagino sabe, aquí en un mes llega la nube y no sale el sol hasta junio, con lo que nos pegamos 7-8 meses con menos de 15 grados de media. Aquí llueve o chispea unos 150 días al año. El parque infantil de autobuses, tal y como está, sin tocarlo o como mucho ampliando instalaciones al otro andén, es maravilloso. He pasado ahí miles de horas. Yo y miles de padres y madres, buscando diversión, protegernos del calor o del frío y la lluvia. Los enanos se lo pasan como ídems. Y la cafetería-restaurante y las 6-8 tiendas y espacios que hay al lado no hacen daño alguno, están de lujo, aunque a sus ojos no las lleven -quizá- personas “normales”. No sabrá usted, igual, pero en Pamplona hay familias que no pueden permitirse el lujo de llevar a 1, 2, 3 niños a pistas de esquí, boleras, cines, chucherías, palomitas, etc, con lo cual una alternativa fantástica es un parque como el que hay, donde los niños y niñas se mezclan así sea su raza, clase social o colegio, logrando lo que en algunos casos no logra la educación. Es un sitio espléndido, gratuito y que solo de pensar que quiere mercantilizar y dejar en manos de intereses económicos se me llevan los demonios. O no tiene usted ni idea de en qué ciudad vive o sus intereses no son limpios o ambas cosas. Mire: tiene un edificio que no usa nadie al final de Carlos III. Allá, además, se junta mucho pre y adolescente, en las tiendas de chucherías cercanas, no como en autobuses, donde los niños y niñas de 2 a 10 años son los jefes y no sabe lo necesario que nos es a los padres. Pues vaya allá. Coja ese edificio, métale dinamita y ponga ahí su pista de esquí, su cine o Puerto Banús entero. O mejor. Haga en los Caídos también lo mismo que hay en Autobuses.