Más que la seguridad jurídica, que también, a mí lo que me interesa de todo esto y todo aquello de la exención de la prestación por maternidad que reclama un grupo de madres navarras es lo de la progresividad, porque imagino que ustedes ya saben que de prosperar su reclamación -entendible en cuanto que el dinero nunca viene mal, aunque no en muchos términos como “devolución” (solo se puede devolver lo que le han quitado a una-o, que no es el caso) o “derecho” (no existe tal derecho)- si se logran salvar los escollos legales -Navarra tiene una ley en vigor aprobada por UPN que lo impide- se les abonaría una exención por lo tributado por sus prestaciones de maternidad y paternidad recibidas entre 2014 y 2018. Fue una de las batallas estrella de la pasada legislatura y en esta Chivite y la consejera de Economía y Hacienda Elma Saiz ya han afirmado que cuando haya seguridad jurídica total se estudiará cómo y de dónde llevar a cabo ese pago retroactivo. Bueno, el caso es que, lo que les decía, imagino que ya saben que es un pago que cuanto mejor y mayor es el sueldo de la madre o padre más dinero les van a dar. Hay casos, muchos, en los cuales apenas hubo retenciones o fueron mínimas porque los sueldos eran bajos y esos casos no verían un euro o apenas unos pocos, mientras que las rentas más altas serán las que acumulen el mayor volumen e ingreso. Es una progresividad a la inversa y en principio todo lo contrario a lo que se considera justicia social, que trata de ayudar en mayor medida proporcional a quien menos tiene. En este caso, es todo lo contrario, así que imagino que el PSN será consciente de esto y de que si opta por esta solución en lugar de por deducciones según ingresos estará cometiendo una injusticia, pues injusticia es no ayudar a quien menos tiene y sí a quien más tiene. Es así de simple y lo que hace la derecha desde que el mundo es mundo.