Cogió Rivera y le ofreció a Sánchez abstenerse en la investidura si Sánchez prometía no indultar presos políticos, no subir impuestos y romper el Gobierno de Navarra. Sánchez le dijo que no. Claro, es bastante lo que pedía Rivera, igual si te ofrece además de la abstención un fin de semana gratis en Azpilkueta y entradas para la final del Manomanista te lo piensas más. Romper el Gobierno de Navarra. Para este sujeto la voluntad de los navarros y de las navarras es irrelevante, pero no es sorprendente en la trayectoria del macarra de bolera. Lo curioso es que alguien como Pérez Nievas, que vuelve a ser parlamentario gracias al mecano de Navarra Suma y navarrista en otra vida, no afee estas injerencias de su líder nacional, pero, claro, no puedes afear a quien te puso ahí, porque recordemos que Pérez Nievas está puesto ahí por decisión de Madrid, ya que en las elecciones internas que hubo perdió ante Diego Paños. El caso es que, ante la oferta de Rivera, el ministro de Justicia Marlaska, de visita en Pamplona, comentó que “Navarra tiene el gobierno que han decidido los navarros” y Pérez Nievas le respondió vía Twitter que “los navarros votaron con total claridad que el cuatripartito no siguiera en el gobierno y el PSN ha traicionado ese mandato democrático”. Bueno, los navarros votaron a los partidos que consideraron y esos partidos luego decidieron qué hacer, incluyendo el PSN, que no traicionó mandato democrático alguno, salvo que, como es obvio, Pérez Nievas crea que los socialistas en su conjunto tienen el mandato democrático de votar a su partido para que luego este se ponga de cuclillas delante de Navarra Suma ad eternum. Ellos deciden qué es traición, qué no, qué es democrático, qué no y lo deciden todo, con una pérdida de conexión con la realidad o con la mínima elegancia en la derrota que es asombrosa. No es que no sepan perder. Es que no lo comprenden.