Esta tarde charlaré con Gregorio Ariz y Horia Colibasanu, en el cine de Isaba, para celebrar los 10 años de la Fundación que la familia de Iñaki Ochoa de Olza levantó tras su muerte. Gregorio es un tipo excelente, un pionero del montañismo navarro, y de Horia poco se puede decir: es un héroe. Estaremos a gusto y espero que lo disfrute también el público. Echaremos de menos a Iñaki, claro. Echar de menos, qué frase vacía. Cuando Iñaki comenzó a tener un patrocinador medio fijo, le ayudaba con las notas de prensa y dos bobadas y las mandaba a Efe Pamplona, siempre a la atención de Fermín. Fermín, Fermín Zariquiegui, cogía esas notas y las rebotaba por los teletipos y gracias a él las andanzas de Iñaki se conocían rápidamente. Fermín mandó las noticias de las cimas del Nanga, Broad, Makalu, K2, Cho Oyu, Manaslu, Shisha Pangma, Dhaulagiri y también su muerte. Fermín y yo fuimos vecinos 30 años, portal con portal, y compañeros de colegio, aunque él algo mayor. Comenzamos a trabajar casi a la vez, él en Efe Deportes y yo en Deportes de Navarra Hoy, y muchas veces me recogía en su coche en el garaje, ponía Duncan Dhu y Elvis y nos íbamos a algún partido de basket o a Tajonar o incluso al patio del colegio a jugar a baloncesto, una de sus grandes pasiones. Gracias a esa confianza y cariño, sabía que las notas sobre Iñaki iban a ser tratadas como oro en paño, a pesar de que yo ya llevase muchos años sin vivir el día a día del periodismo deportivo y de que veía a Fermín de ciento a viento. Fermín murió el jueves y nos destrozó el corazón a cientos de colegas del periodismo que le quisimos y a quienes nos ayudó, siempre con su buen talante y vacile. Un beso enorme, Cristina. Y otro para ti, Izan, para Pachi y para toda su gran familia. Qué injusto es esto, joder. Nos vemos en el patio del cole, Fermín. Detrás de la línea de 3, con las zapatillas nuevas y la risa en la cara.