l parecer, mañana se decide en Madrid qué comunidades o zonas pasan a la Fase 1 y cuáles no. El asunto es de una importancia gigante, puesto que avanzar una fase supone un notable salto en la apertura no ya solo de la vida sino también de la economía. Lo mismo sirve para cuando se pueda pasar de fase 1 a 2, de 2 a 3 y de ahí al final. Por tanto, mañana es un día crucial para millones de personas, desde un punto de vista social y económico, y para todos los territorios. Pero, aunque pasemos de fase, el virus sigue ahí, baja, pero le cuesta irse. No se ve, pero está. Las cifras mejoran mucho, es cierto, pero las cifras también nos siguen diciendo que tras 50 días de confinamiento severo y 5 más con ciertas licencias sigue habiendo positivos, sigue entrando gente en los hospitales, en la UCI y siguen muriendo personas. Hace apenas dos semanas, entre el 18 y 22 de abril, morían por covid confirmado en Navarra una media de 10,6 personas diarias, que luego bajaron a 6 en el siguiente bloque de 5 días, a 5,6 en el siguiente y a 3 en este último. Aunque poco o muchísimo menos, nos seguimos contagiando y, por la naturaleza y los tiempos de la enfermedad, sigue muriendo gente, al tiempo que desconocemos aún si esto nos ha afectado al 1% de la población -son los positivos confirmados hasta ahora-, al 3%, al 5% o al 10%. Y, aunque el 90% de la población en sus movimientos y paseos sigue cumpliendo normas y distancias, se ve cada vez más relajación en el siempre presente y existente grupo de personas para quienes pareciera que la cosa no va con ellos. Basta andar estas tardes de 20 a 23 para verlos. ¿Pocos? Sí, pocos, pero los hay, esa peña que se juntan 12 para andar de charleta a medio metro. No sé qué parte del asunto no ha entendido esta gente, si es un problema de falta de herbor o la clásica idiocia chulesca. Debería existir una fase - 1 para este personal. Como poco.