añana se estrena en el Euskalduna de Bilbao dentro del Mendi Film Festival el cortometraje de Iñaki Peña MendianHilHirianHil (Morir en la montaña, morir en la ciudad), en el que aparezco un rato hablando de mi corta experiencia con la muerte. Iñaki me llamó ya hace unos años a raíz del fallecimiento en el Annapurna de Iñaki Ochoa de Olza y luego tras leer algunos textos relativos a muertes que han sucedido en mi vida. Le agradezco que lo hiciera, porque, aunque hablar de la muerte cuesta, más cuesta no hablar. Iñaki trabaja en cuidados paliativos en un hospital de Mondragón y también a raíz del choque que para él supuso la pérdida de su padre comenzó a querer plasmar esas vivencias de muy diversos tipos en imágenes, fruto de lo cual surgieron AulkiHutsak (Sillas Vacías, 2013) y S(u/a) minetikbakera (De la ira amarga a la paz, 2017). La película cuenta con testimonios de alpinistas tan reconocidos como Juanjo San Sebastián o Felipe Uriarte y también de familiares de montañeros, así que aborda las distintas visiones que se tienen de la vida y de la muerte allá en las alturas y aquí en el llano. A causa de la pandemia, el aforo es reducido y aunque se irá moviendo por diversas capitales e imagino que puede que llegue a Navarra, se puede ver bajo alquiler en la web del Mendi Film (mendifilmfestival.com) desde ayer a las 20.00 horas hasta el 13 de diciembre, al igual que todo el resto de películas que forman parte del programa. Es curioso. Mientras pensaba en escribir este texto que solo quiere agradecer a Iñaki su trabajo en algo que como sociedad tenemos mucho que hablar y exponer recordaba la noticia de hace unos años en la que se decía que había un vecindario que se estaba manifestando en contra de que en su zona se instalase un tanatorio. Las lágrimas, la pena y el dolor lo queremos bien lejos. Es humano, claro. Pero puede que sea el gran primer error.