glesias ha estado 7 años en política, suficientes para haberse convertido en la quintaesencia de Stalin, Lenin, Trotsky, Fidel y Pol Pot. La maquinaria mediática bancaria -es decir, el 95% de lo editado en papel, internet, ondas hertzianas y pantallas- no ha habido día que no le haya atacado con una furia desatada. A pesar de ello y de sus evidentes errores -algunos personales, como el estúpido detalle de comprarse un chalet aunque sea con su dinero-, Iglesias tiene metido en el Gobierno de España -y en el Ministerio de Trabajo, alabado sea el santísimo por esta ministra- a los restos de sus sucesivos naufragios y, aunque por los pelos, ha salvado de bajar del 5% en Madrid a Unidas Podemos. El 24% del voto de Madrid nace del 15M. Así que el 15M claro que murió, pero está convertido en otra cosa que por ahora y por suerte no es ni PSOE ni PP ni Cs ni Vox. En algunas partes tiene más presencia, en otras menos, en otras nada y en todas ellas tiene una oposición frontal y feroz de la prensa bancaria, con lo cual cabría decir que, si bien cada uno solo es dueño de su fracaso y en cambio comparte sus victorias, no estaría de más decir que Iglesias ha aglutinado hacia sí buena parte -para bien y mal- de la imagen de Podemos. Veremos si su salida y paso a Díaz sirve para mejorar o no, aunque está claro qué pasará con Díaz: es desde ya la tirana del cuento. En cuanto a Madrid, nada no sabido. Es una comunidad nacionalista y de derechas desde hace mucho y su enfrentamiento con el poder central le ha servido para fortalecerse aún más. Más del 55% de los madrileños quieren eso. No sería problema sino siguiesen siendo un constante centro emisor de ponzoña mediática y succionadores de todo lo que tienen a su alrededor. Cataluña, País Vasco, Valencia, Navarra "son todo lo peor que tiene este país", dijo una vez Ayuso. Eso ha ganado. Hay que defenderse de escoria así.