eñor alcalde: ¿por qué tiene usted tanto empeño en organizar corridas de toros?

La verdad es que me resulta difícil de entender el ahínco con el que el primer edil defiende este tipo de espectáculos. Alude a la necesidad de ayudar a las ganaderías: "No podemos olvidar que cada vez que pasa más tiempo las ganaderías pueden casi ir desapareciendo". A la ciudadanía pamplonesa seguramente le importará más que no desaparezcan sus bares, sus tiendas y los servicios públicos de calidad, por ejemplo, que las ganaderías andaluzas y extremeñas. Es más, ahora que se intenta avanzar hacia un mundo más sostenible y civilizado, quizá sea el momento de ir pensando en dar carpetazo de una vez a esta práctica cruenta, cruel y anticuada. Nada dura eternamente.

Por otra parte, dice que este es un ingreso económico importante para la Casa de Misericordia. Sí, pero en circunstancias normales, no en una año tan especial como este. Los propios responsables de la Meca han dicho bien claro que "hacer un acto taurino creaba mucha incertidumbre" y que podría generarles más gastos que ingresos. En Pamplona la gente va a los toros porque es San Fermín. Fuera de ese ambiente, no parece que la afición taurina dé para mucho.

Y a falta de otros argumentos más potentes confiesa Enrique Maya: "Tengo esa ilusión". "Para mí forman parte de nuestra cultura, de nuestra forma de ser". Comprendo su capricho, pero lo más prudente en este momento sería no marear la perdiz y dejar que pase la pandemia del todo sin llamar a la gente al jolgorio, que todavía no tenemos nada que celebrar. Pensemos en cómo apoyar a nuestra hostelería de manera eficaz, no en cómo salvar ganaderías y toreros.