ignoro si Joseba Asiron es machista, pero a cambio otra cosa de gran valor he aprendido esta semana: que es hombre, heterosexual, y “además cis”, individuo cuya identidad de género coincide con el sexo que le fue asignado al nacer. Todo ello, al parecer, lo incapacita para responsabilizarse de las llamadas políticas LGTBI y enfrentarse a la violencia que padecen algunas mujeres. Puesto que yo también soy hombre, heterosexual y además cis, tampoco valgo para el cargo. Me temo que somos multitud.

Va a ser difícil encontrar al candidato o, mejor, candidata que reúna los requisitos que, según nos cuentan, la habiliten para defender con rigor a tan amplio colectivo. Puesto que se trata de luchar contra la discriminación de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales y mujeres en general, a ver qué concejala galáctica o persona humana es capaz no ya de ponerse en la piel del prójimo, no, que eso ya es insuficiente, sino de superar un reto de más altos vuelos: ser exactamente como el paisano sufriente, la supuesta única manera de comprender sus cuitas.

Incluso el más adecuado o adecuada para el puesto suspenderá la prueba. Quizás ande yo pez en los estudios de género, pero creo que poca gente en el Ayuntamiento, y en Pamplona, y en el mundo mundial, es lesbiana, gay, transexual, bisexual, intersexual y mujer al mismo tiempo, es decir, con el currículo vital completo para dirigir el Área de Igualdad como se debe, con experiencia en todos los márgenes y la sensibilidad exigida. Y así vamos cuesta abajo por la acera izquierda, a tope con la calle y sus penurias, hasta la derrota siempre por el camino más corto: el suicidio.