inestabilidad. El informe sobre el empleo en Navarra (Observatorio de la Realidad Social del Departamento de Derechos Sociales) alerta de “la necesidad de mejorar una parte importante de las nuevas contrataciones”. Aunque Navarra sea la tercera Comunidad Autónoma con menor tasa de temporalidad (23%), crece el empleo hiper precario. Los contratos de una semana o menos rondan el 40%. Un cambio de modelo laboral en estabilidad y flexibilidad. Otras necesidades detectadas: la extensión de la mejora del mercado laboral a todos los sectores de la población y a todas las comarcas. La Administración no predica con el ejemplo. El empleador público participa de los vicios del privado. Y hasta los agrava. ELA exige al Gobierno estabilidad para los once mil trabajadores temporales de la Administración. Con porcentajes escandalosos: 45% en Salud, 40% en Educación, 45% en Administración Núcleo. La calidad del servicio y la motivación profesional se resienten. Este sindicato califica de “parches propagandísticos” unas Ofertas Públicas de Empleo con irrisorio número de puestos convocados. La marea de la precariedad asola a los empleados de las empresas subcontratadas, con especial incidencia en el sector de los cuidados. El Ayuntamiento de Pamplona reconocía un 35% de temporalidad a la firma del convenio 2017-2019. Objetivo: bajarla al 6%. El proceso de precarización y de inestabilidad viene de atrás. Los responsables políticos actuales lamentan su subordinación a las tasas de reposición y a los límites de gasto impuestos por normativas estatales y europeas. Atenúa, pero no exime su culpa. Amortización de plazas (unas tres mil en cinco años), privatizaciones e imprevisión ante jubilaciones (más de la mitad de la plantilla supera los 50 años). Advertencia de la Organización Internacional del Trabajo: los contratos temporales aumentan el riesgo de pobreza. Navarra termina legislatura sin ley de Empleo. Una falla en los compromisos de Barkos.