Enrique Maya celebra hoy su primer privilegio del desempeño de la alcaldía de Pamplona-Iruñea tras la unión electoral de los tres burgos de la derecha. Eufórico, hace suyo el título de los talleres creativos para familias: Privilegio de la Unión, ¡mola un montón!. El Privilegio de la Unión conmemora la de los burgos históricos -San Nicolás, Navarrería y San Cernin- mediante documento firmado el 8 de septiembre de 1423 por el rey Carlos III, el Noble. Se derribaron las murallas interiores, como en mayo pasado las derribaron UPN, PPN y Cs en la versión pamplonesa de Navarra Suma. Aquella firma cobarde por separado para no salir juntos en la foto. Las papeletas del tridente sumaron escaños hasta quedar a uno de la mayoría absoluta. En 2015, la complicidad de UPN (10) y PSN (3) no pudo contener los 14 de Bildu, Geroa Bai, Aranzadi e I-E. En 2019, el fracaso estrepitoso de Podemos y la debacle de Geroa pudo ser corregido por el PSN, pero lo impidió su prurito de no acordar con Bildu. En el Ayuntamiento, o mayoría absoluta o lista más votada. No caben martingalas. Maya añadió doce mil votos con la contribución de PPN y Cs, extra municipales en la legislatura anterior. Asiron atrajo diez mil más para su sigla. La ventaja de la derecha sobre el nacionalismo vasco en Pamplona ha aumentado en apenas 2.500 votos ciudadanos. En porcentajes, las derechas unidas representan el 40,58% y su detestado nacionalismo vasco, el 32,63%. El programa del Privilegio de la Unión incluye conciertos, mercados medievales, entrega del pañuelo de la ciudad, desfile corporativo con Gigantes y La Pamplonesa, responso y ofrenda. También, visitas guiadas al Ayuntamiento. En castellano (20) y en euskera (5). Un descuido: podrían haber incluido un photocall con el alcalde Maya. Tiene demostrado que la llamada a la foto -traducción del anglicismo- le embelesa. No hay día sin foto oficial en despacho o salón de recepciones. Le aqueja un barcinoma. Agudo.