engo oyendo y leyendo cosas como que en tiempos de covid no podemos olvidarnos de sociabilizar o que tenemos que sociabilizar menos, lo mismo da, sociabilizar o no se me hace extravagante y sobre todo larguísimo y me voy a la RAE. Entiendo que se utiliza para referirse a cualquier situación que conlleve contacto humano con fines más relacionales que prácticos y en principio, que hay veces que no está muy claro, de carácter voluntario o al menos no obligado mediante coacciones externas o evidentes, lo que abarca poteos, tertulias y excursiones. Pues no. Sociabilizar significa hacer sociable y coincide con la tercera acepción de socializar, esto es, adaptar a un individuo a las normas de comportamiento social. ¿Es pertinente? Indudable, hay mucha necesidad. Cunden seres asilvestrados cuyas maneras y lenguajes no superan lo agresivo y necesitan reprogramación. Los nombres los ponen ustedes.

Como socializar y sociabilizar no tienen idéntico significado, me temo que el reciente éxito del segundo término arrinconando al primero tiene que ver con la vieja y persistente relación entre dimensión e importancia. Parece que si sociabilizo lo hago con más gente o más intensidad o con mayor conciencia de las exigencias de mi condición de ser social al tiempo que parezco más versada en psicología relacional o análisis sociológico. Como si me tomara mi adecuada dosis de otras personas. Tontadas bien grandes. Cómo nos gusta ocupar, abarcar, ser visibles, aunque sea aupándonos al poyete de una triste sílaba.

Quienes tengan cierta edad recordarán que hace unas décadas el personal pasó el sarampión de concretizar cuando solo quería concretar. Ahora toca sociabilizar. Me pregunto si utilizándola en vez de socializar, es decir, vaciándola de su contenido, no nos olvidaremos de emplearla para lo que nació, para señalar la conveniencia de enseñar y aprender a relacionarse como personas.