i hablamos de pandemia y en comparación con las anteriores, ésta ha sido una semana provechosa. En Navarra, han comenzado a ralentizarse los contagios por covid y se ha conseguido aplanar la dichosa curva; además, una vacuna puede estar cerca de salir al mercado. Por fin buenas noticias que, unos más y otros menos, hemos recibido haciendo cuentas: si nos vacunan en primavera, seguro que hay Sanfermines; si continúa descendiendo la positividad, en Nochebuena iremos todos a cenar y en Nochevieja, de farra por el Casco Viejo€ Como nos conoce, la consejera de Salud no ha tardado en recordar que no se puede bajar la guardia, que nos esperan unas Pascuas distintas y más íntimas y, para los optimistas que andan pensando en escapadas, aseguró que los puentes forales serán un tiempo cercano a las restricciones y no a la vuelta a la actividad porque "nos jugamos las Navidades en los puentes". Hasta ahora hemos renunciado a las festejos patronales -al margen de los pasados de las no fiestas-, al veraneo -si lo hubo- que no nos llevó muy lejos y a cuestiones de verdadera relevancia, pero la primera gran renuncia colectiva, en la que toda Europa estará inmersa a la vez, son las celebraciones de diciembre y enero y estamos obligados a vivirlas bajo actitudes y conductas seguras. Veremos.