Sabido es que los golpes de Estado los dan tus enemigos y que lo tuyo son siempre movimientos salvadores de la patria, lo mismo que sediciosos son los que no se suman al golpe. Justicia al revés. Es tradición. En Bolivia no ha habido golpe de Estado porque así lo han decidido las autoridades provisionales, sus fuerzas armadas y la Unión Europea. El asunto del discutido fraude electoral empieza a quedar lejos, lo mismo que los preparativos de este, incluido un referéndum de continuidad de Morales en el gobierno que o bien nunca tuvo que celebrarse o hubo que acatar su resultado. Solo queda el alborozo generalizado por haber tumbado a Morales? desde la derecha neoliberal, el autoritarismo sin recato y el racismo, algo que siempre es del prójimo, nunca de quien lo ejerce con ventaja. Alborozo nacional de sus opositores políticos y extranjeros por parte de quien jamás ha pisado Bolivia porque no interesa. Lo mismo que siempre paga los matones quien pierde, no quien azuza la Caterva, esa masa rugiente que no hay que confundir con el pueblo y que ocupa calles como un tornado.

Es posible preguntarse por qué salió de estampida Evo Morales desde su refugio del Chapare cocalero, de donde es originario y donde tiene buena parte de valedores. No parece creíble que fuera solo porque se lo sugirieron los militares, aunque bien es verdad que sugerir no es lo mismo aquí que allí donde en la prensa se sugiere a delincuentes que se entreguen.

Resultan muy expresivas las autoridades sobrevenidas (y dicen que provisionales), que de manera rabiosa hablan de biblias y cristos, de justicia divina y satanás para enmascarar la venganza, de “salir de cacería” contra miembros del gobierno de Morales que están desaparecidos, o que mienten con descaro mientras muestran las habitaciones privadas de Evo Morales en la casa del pueblo aledaña al Palacio Quemado, sede del gobierno, al hablar de robos y alzamientos sin poder decir qué se roba y qué se alza, porque no se trataba de eso, sino de azuce antiMorales.

Si no fuera un golpe de Estado de nuevo cuño y mano blanda no habría asilados en embajadas o huidos a países limítrofes por miedo fundado a las represalias arbitrarias... o escondidos. En eso, Bolivia es un país con memoria y sabe que los cambios bruscos como ha sido este traen consigo atropellos. Mientras tanto las marchas en apoyo de Morales se recrudecen por un lado con resultados luctuosos (seis muertos en Cochabamba) y caen por otro, el país se resiente con los bloqueos en la economía cotidiana de la clase trabajadora y los nuevos amos piden picota, cabezas y mucha cárcel sin que haya jueces que lo digan ni hayan ordenado detenciones, mientras se extiende una política de desinformación y de falsas informaciones, lo que se llamaba propaganda negra.

Curioso golpe de Estado con todo cuando la presidencia del Senado y de la Cámara de Diputados está ahora mismo en manos del MAS (Movimiento al Socialismo), el de Evo Morales, porque tenían mayoría. No soy adivinador del porvenir para saber qué puede pasar en un futuro inmediato. Elecciones cuanto antes, sí, pero de manera previa es necesario nombrar un Tribunal Supremo Electoral y para eso hace falta consenso y alejar de las urnas la sombra de intervenciones exteriores a la propia Bolivia; algo que está por ver.

Los organismos internacionales piden de manera ritual, pero sin mucho convencimiento, la celebración urgente de elecciones, algo que se puede demorar mientras el gobierno de transición conservador y de orden a ultranza tenga apoyos sociales satisfechos con sus medidas poco transitorias: expulsión de diplomáticos venezolanos y ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela; salida de urgencia de 730 cooperantes médicos cubanos; puerta abierta al retorno de la DEA y con ella a otros maleantes; salida de organismos internacionales como el Grupo ALBA y posible salida de UnaSur, destitución del 80% de los embajadores del gobierno de Morales; amenaza a periodistas que difundan noticias que se consideren contrarias a la situación creada por el nuevo gobierno?