En fecha tan temprana como 1975, el grupo Desmadre 75 (se curraron tanto el nombre como la puesta en escena) dejaba unos versos para la posteridad en los que la genialidad era la rima entre "guateque" y "discoteque". De por entonces o no mucho después es el enigmático "Chachi piruli y Juan (o one) pelotillas" y un clásico entre los clásicos: "La cagaste, Burt Lancaster", frase perfecta para deducir la edad de cualquier interlocutor. Y ahí queríamos llegar: pese a que Burt Lancaster hizo sus películas más populares en los años 50 y 60, era muy conocido para quien era joven en los 70 y los 80 gracias a Televisión Española, "la mejor televisión que hay en España", en famosa frase de Perich (no había otra tele para comparar. Si no, de qué).
Cuando los Buggles compusieron en 1980 que el "vídeo mató a la estrella de la radio" no solo no tenían razón, sino que perdieron la ocasión-con cambios mínimos en el texto- de cantar que la ampliación de la oferta televisiva se cargó el cine clásico. Cuando solo puedes ver dos canales -y en el otro hay ópera o algo peor-, ves lo que te echen. Y como, por fortuna, en TVE había en aquellos años alguien que amaba el cine, varias generaciones crecieron conociendo lo mejor de lo mejor. A un chaval de 20 años no le preguntes por actores que dejaron de trabajar hace 20 o 30 años, ni por películas anteriores a 1980. Pero a quien tiene ahora 50, 60 o 70 se le puede preguntar sin miedo por todo gran actor de toda época, incluido el cine mudo de hace casi un siglo.
Y si ya es un drama que la gente joven no conozcan las grandes películas de todos los tiempos, aún da más mal rollo comprobar que el cine, sobre todo el estadounidense, se ha ido convirtiendo en comida rápida, en comida basura. Hacer la película, reventar la taquilla, venderla como vídeo, sacarle el jugo final en las teles, y aparcarla para apartarla, no vaya a ser que moleste a la siguiente película. Y no te enrolles, Charles Boyer.