plantea la ministra Báñez, tan devota ella de la Vírgen del Rocío, que debe tomarse toda la vida laboral para calcular la pensión de los jubilados en provecho de quienes ven menguar sus salarios en los últimos años de trabajo al sobrevenirles un despido. Mentira podrida. Lo que el Gobierno central pretende es la rebaja de las pensiones, pues generalmente los sueldos suben conforme aumentan la experiencia y la productividad, aunque ante la progresiva precarización del empleo perpetrada por el Ejecutivo de Rajoy ya nadie pueda asegurarse una carrera profesional sostenida y creciente como antaño. Una apuesta del PP por la contracción de las pensiones evidenciada con la reforma de 2011 para incrementar el periodo de cómputo del subsidio de 15 a 25 años en 2022 y retrasar la edad legal de percepción de 65 a 67 años, pese a redundar en un mayor estrangulamiento en el acceso al trabajo con un obsceno paro juvenil del 50%. Se persevera por tanto en el error de poner el foco en el coste en lugar de en los ingresos y más en concreto en la depreciación de las cotizaciones derivada de la merma salarial, de hecho, crece la desproporción entre las pensiones y los sueldos que las sustentan. Ahí radica el déficit de 18.000 millones anuales de la Seguridad Social -con el infausto vaciado de un fondo de reserva que llegó a acumular casi 67.000 millones y ahora alberga escasos 8.000-, que solo podrá revertirse con un empleo mejor retribuido. Entretanto, resulta imprescindible el pago vía presupuestaria de los subsidios de viudedad y orfandad, unos 26.000 millones anuales, y el destope de la cotización máxima situada en 3.751 euros para poder recaudar más de 7.000 millones hoy libres de cargas. Sin descartar el eventual arbitrio de un impuesto finalista para sufragar las pensiones contributivas que habría de recaer necesariamente sobre las rentas más altas. Por su capacidad de ahorro y en contraposición a esos dos tercios de pensionistas que no llegan a mileuristas, una quinta parte superando los 600 euros a duras penas, literalmente. Urgen soluciones y sobran camelos y zarandajas.
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