odé con el rey emérito. El tipo aparece en todos los saraos de corrupción internacional, supuestas ilegalidades, manifiestas irregularidades y corruptelas varias. Con el tiempo vamos comprobando que el monarca se dedicaba tanto o más a sus asuntos propios (léase líos de faldas y cuentas opacas allende las fronteras españolas) que a su bien remunerada y cada vez más cuestionada actividad como Jefe del Estado. Los Papeles de Pandora revelan ahora vínculos del rey emérito con paraísos fiscales tras su regularizaciones ante Hacienda, unas informaciones del Consorcio Internacional de Periodista de Investigación que llegan después de que el anterior monarca haya efectuado varias regularizaciones que suponen el reconocimiento de un fraude a Hacienda y en medio de las pesquisas de la Fiscalía sobre posibles delitos tanto fiscales como de corrupción que podrían acabar con Juan Carlos en el banquillo, en un foto histórica tras su destierro en la jaula de oro de Abu Dabi. El affaire de Corina y el rey empezó siendo chascarrillo estrella del cuore camuflado y escondido por los medios ante la relevancia histórica del protagonista, se tornó en una telenovela por entregas de una lucha despiadada por una ingente fortuna escondida en oscuras cuentas por testaferros y abogados sin escrúpulos y ya va camino de sepultar el escaso crédito del Borbón padre y atizar un golpe mortal a la monarquía que ni los republicanos más furibundos. Hace tiempo que ya ha perdido los papeles y su aparición en estas revelaciones periodísticas compartiendo protagonismo con defraudadores, tramposos y famosos sin escrúpulos es un muestra más de ello. Ahora sólo toca esperar que Hacienda, particularmente lenta a la hora de investigar al distinguido contribuyente, acelere e intensifique las pesquisas a los grandes evasores de impuestos, que a los contribuyentes menudos y sujetos a nómina y retención ya nos cruje bastante. Reforzar la investigación de delitos fiscales y fraude -sobre todo a los tramposos que recurren a ingeniería financiera para lucrarse- permitiría recaudar 38.000 millones de euros adicionales. Hacienda y, sobre todo, sus responsables políticos lo tiene en su mano. Menudo papelón.

El emérito comparte de nuevo protagonismo con tramposos, defraudadores y famosos sin escrúpulos mientras Hacienda investiga más lento de lo habitual