La educación en general sigue siendo uno de los asuntos de mayor interés y preocupación para la mayoría de la ciudadanía. Aunque en las encuestas y estudios queda fuera de entre las mayores preocupaciones sociales ante temas como el paro, la política, la economía, la corrupción, la violencia contra las mujeres o la sanidad, la educación figura dentro del catálogo de interés, por delante incluso de los problemas relacionados con el empleo, la inseguridad ciudadana y la vivienda, y prácticamente al nivel de la inmigración, según los datos del último barómetro del CIS. Sin embargo, en esta campaña electoral estatal que afronta ya su recta final la política educativa, crucial a la hora de definir el modelo de sociedad, no ha estado entre los temas de debate y de propuestas, al menos en positivo. Porque, salvo para atacar a las comunidades con competencias y lengua propias, por parte de las derechas representadas por PP, Ciudadanos y Vox, que incluso han llegado a pedir la recentralización para que la Educación esté exclusivamente en manos del Estado y para la imposición del castellano como único idioma vehicular en las escuelas, los candidatos, en general, no están incidiendo en la importancia de la enseñanza dentro de las políticas públicas esenciales, a pesar de que figura en el programa de todos ellos como una prioridad. Una cuestión clave en este debate es la situación actual de la calidad de la enseñanza. En este sentido, resulta revelador que, según el informe Las Políticas educativas en España, los sistemas educativos de Navarra y la CAV están a la cabeza del Estado en el ranking de excelencia educativa. Un informe que desmonta otros que se han vertido recientemente en la propia Comunidad Foral. Según este ranking, la educación navarra ocupa el segundo lugar en indicadores claves como tasa de graduados de Bachillerato, aprobados en Selectividad, menor tasa de abandono temprano, gasto público por estudiante, recursos informáticos y lenguas extranjeras, entre otros. Navarra es la tercera con menor abandono escolar temprano y la mayoría del alumnado está en el curso que le corresponde por edad. Nuestros sistemas son de los más solventes del Estado y alcanzan la mayor cota de excelencia en la enseñanza, lo que tiene un reflejo en la sociedad y pone de manifiesto el acierto de las instituciones y de toda la comunidad educativa.