la primera entrega de la encuesta de Gizaker para DIARIO DE NOTICIAS -el próximo domingo llegará una segunda parte- muestra una imagen de la opinión pública navarra, en cuanto a espacios ideológico electorales, muy similar a la que se expresó en las urnas el pasado 2015, con las opciones del cambio político que ha dirigido el Gobierno de Navarra y la mayor parte de los ayuntamientos estos últimos cuatro años manteniendo buena parte del respaldo que sumaron en las urnas entonces y un amplio abanico de posibilidades para reeditar su propuesta política y social. La suma de Geroa Bai, que volverá ser la segunda fuerza del Parlamento aumentando su representación de 9 a 10 u 11 escaños, EH Bildu, Podemos (retrocede dos escaños, de 7 a 5 y parece haber logrado detener la caída que inicialmente le auguraban las encuestas) e I-E está a las puertas de volver a lograr la mayoría absoluta de la cámara con casi un 50% de la intención de voto. La unión electoral del frente de derechas de UPN, Ciudadanos y PP permanece en su posición histórica de minoría mayoritaria en una comunidad cuyos ciudadanos siguen defendiendo en las urnas su pluralidad democrática. Pero los datos del sondeo apuntan a que, una vez más, no siempre las coaliciones electorales suponen una suma de los espacios políticos que la componen. Según la encuesta de Gizaker, Navarra Suma perdería representación en la Cámara respecto a los 17 escaños que hasta ahora tenían UPN y PP. Un retroceso que puede dar entrada a la ultraderecha de Vox en el Parlamento foral con dos escaños y manteniendo buena parte de los 17.600 votos que obtuvo en las elecciones generales de abril. Por último, el PSN recupera espacio tras el suelo histórico de 2015 y pasa de 7 a 8 o 9 escaños, insuficientes para sumar una mayoría -ya de por sí complicada si no imposible- con el frente derechista. La encuesta de Gizaker resalta también la alta valoración social de la presidenta Barkos y sitúa a Esparza como el candidato peor valorado por los electores. Y también buenos niveles de apoyo a la gestión política y económica del Gobierno de Barkos y una percepción crítica de la mayoría de los encuestados con la labor de oposición de UPN, PP y PSN esta Legislatura. En definitiva, una imagen que pone ante el espejo la realidad de una Navarra que ha recuperado un lugar sólido y ha impulsado estos cuatro años, como reconocen partidos y organizaciones sociales, medidas de cambio profundas en ámbitos claves para los navarros y navarras.